Levante almeriense →  Desde Garrucha a Vera

Garrucha, vista parcial
Garrucha, platos típicos de pescado
Garrucha, chimenea de la antigua fundición de mineral
Garrucha, vista parcial Garrucha, platos típicos de pescado Garrucha, chimenea de la antigua fundición de mineral

Esta ruta llena de contrastes discurre entre la pesca y la agricultura, entre el Mediterráneo y los campos del entorno de Vera. Garrucha no es sólo el pueblo marinero por excelencia del Levante Almeriense, es también un centro turístico, combinando el carácter virgen del pueblo con una maravillosa playa galardonada con Bandera Azul. El pueblo también ofrece una excelente gastronomía basada en el pescado de la zona y todos los servicios necesarios para que sus vacaciones sean agradables, incluidos puertos deportivos. Como recuerdo de la revolución industrial del siglo XIX, aún se conserva la chimenea de la antigua fundición de mineral.
Aquí todo respira el aire mediterráneo: empezando por el antiguo almacén de sal o Afolí; desde la época de Al-Andalus, que hoy alberga el Ayuntamiento, hasta el Castillo de Jesús Nazareno o de Escobetas, construido durante el reinado de Carlos III. Fue construida para defender la costa y que, como no podía ser de otra manera, se asoma al mar. Junto al Ayuntamiento se encuentra la Plaza del Ancla, que toma su nombre de un antiguo ancla sacada del mar.

Garrucha, Afolí de la época de Al-Andalus, hoy ayuntamiento
Garrucha, Castillo de las Escobetas
Garrucha, Plaza del Ancla
Garrucha, Afolí de la época de Al-Andalus, hoy ayuntamiento Garrucha, Castillo de las Escobetas Garrucha, Plaza del Ancla

La patrona del pueblo es la Virgen del Carmen, quien también es la patrona de los pescadores. Se puede visitar la capilla dedicada a ella, así como la iglesia de San Joaquín, frente a la cual hay una imagen de la Inmaculada asomada al mar. En el puerto se puede observar a los pescadores trabajando y la subasta del pescado, para luego disfrutar de un hermoso atardecer en el Malecón. En el paseo marítimo se encuentra el Monumento al Pescador, un monumento que rinde homenaje a los marineros que fundaron Garrucha.
Más hacia el interior se encuentra Los Gallardos, en la zona de Vera, entre la costa y la montaña. En el pueblo que se creó a raíz de la explotación minera de la Sierra de Bédar aún se conservan restos de la grúa-cable entre El Pinar y Garrucha. Entre los hallazgos más importantes en Los Gallardos se encuentran las excavaciones de Cadima, las ruinas de una ciudad romana y los baños árabes de Alfaíx. El Molino de la Cueva, la fábrica de harina y el horno de leña son testimonio del fuerte carácter agrícola de la zona.

Garrucha, Ermita de la Virgen del Carmen
Garrucha, Monumento al Pescador
Los Gallardos
Garrucha, Ermita de la Virgen del Carmen Garrucha, Monumento al Pescador Los Gallardos

Un poco más al norte se encuentra Antas con su iglesia del siglo XVI y el Acueducto del Real de principios del siglo XX. Cuando se habla de Antas se menciona automáticamente El Argar, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la provincia y referente en España en cuanto a la Edad del Bronce. Vera aparece en medio de campos fértiles. El nombre de este lugar, tan rico en historia como en bienes culturales, se remonta a la factoría fenicia Baria (Villaricos). Cuando la zona estaba bajo dominio árabe, la población se trasladó desde la costa hacia el interior, hasta el lugar conocido como Vera la Vieja, en el Cerro del Espíritu Santo, que cayó en manos de los cristianos en 1488. La ciudad fue víctima de un trágico terremoto en 1518 y posteriormente fue reconstruida en su sitio actual.

Antas, El Argar
Vera, Cerro del Espiritu Santo
Vera, Fuente de los Cuatro Caños
Antas, El Argar Vera, Cerro del Espiritu Santo Vera, Fuente de los Cuatro Caños

En esa época se construyó la iglesia fortificada de Nuestra Señora de la Encarnación, que se caracteriza por la sobriedad en el exterior y por el estilo gótico-mudéjar en el interior, así como la iglesia de San Agustín, la Ermita de la Virgen de las Huertas y la Plaza Mayor, en pleno centro de la ciudad. En siglos posteriores se añadieron a estos bienes culturales otros templos, como las ermitas de San Ramón (siglo XVIII) y de la Virgen de las Angustias, dedicada a la patrona de Vera. La construcción civil también produjo nuevas construcciones, como la Fuente de los Cuatro Caños del siglo XVII.
En el siglo XIX, además del Ayuntamiento, que alberga uno de los archivos históricos más importantes de Andalucía, se añadieron los Museos Etnográfico y Arqueológico y algunas zonas de ocio, como la Glorieta y la Plaza de Toros. Además de la cultura, Vera ofrece a los amantes de la cultura maravillosas playas, un campo de golf, una amplia oferta de actividades de turismo activo y miles de horas de sol.